La orquesta de Ricardo Tanturi y la voz de Alberto Castillo, eran parte de una década dorada para el tango.

A instancias de un amigo, que vivió varios años en Buenos Aires, me puse a escuchar el tango "Buenos Aires del 40", que grabó la orquesta de Ricardo Tanturi, con la voz de Enrique Campos. En el video grabación, se acompañan diversas fotografías de la ciudad. El Buenos Aires del 40 fue una época propicia para el tango, las orquestas, los cantores y, sobre todo, los poetas, que se inspiraban con historias de cabarets, cafés, bulines, y amor, para producir letras inolvidables, de esas que ya no salen y que forman el álbum de oro de nuestra música popular. "Buscando entre recuerdos, encuentro un diario viejo, y vuelvo de repente a un tiempo que pasó", encara con su voz Enrique Campos. "Es sábado a la noche, hay baile en el Tranviario, hoy tengo veinte años ajenos al dolor". Añorados veinte años, donde los problemas parecían no existir. El amor sonriendo en cada esquina y las piernas fuertes y frescas para bailar hasta el amanecer. Y como si nada, jugarse un partido de fútbol al día siguiente. "El Tranviario", recuerdan viejos habitués de la noche porteña. Era el salón de baile que tenía la Unión Tranviarios Automotor, sobre calle Hipólito Yrigoyen. Era propiedad del sindicato que agrupaba a los conductores, guardias e inspectores de los tranvías de antaño. "Hoy toca don Tanturi en el ‘Palermo Palace’", Pugliese y sus muchachos anuncia "El Nacional". La orquesta de Ricardo Tanturi no fue de las más destacadas, pero el brillo de sus cantores le dio una proyección que aún perdura. Los más renombrados fueron Enrique Campos y el gran Alberto Castillo, con el cual marcó una época. En el mencionado Palermo Palace, ubicado en ese barrio de tango y milonga, debutó en 1942 el famoso bailarín apodado el "Pibe" Palermo, que nacido en el barrio de la Boca adquirió de su padre, el renombrado "Lecherito", la habilidad por el tango con corte, y compartió fama con los reconocidos bailarines el Cachafaz, el Tarila y el Méndez. Fue un as del baile con firuletes y otros malabarismos, y tenía fama de ligero y rompedor. "Pugliese y sus muchachos anuncia El Nacional", sigue el tango. De don Osvaldo Pugliese, ya se sabe su larga fama, que llegó hasta nuestros tiempos con su compás cadencioso y bien marcado. El Nacional, fue una sala emblemática de Buenos Aires, ubicada sobre calle Corrientes. "Si mañana no llueve, la máquina de River, en la cancha de Boca su fútbol mostrará", continúa la letra, que hace referencia al famoso equipo "millonario" que revolucionó el fútbol de los años 40, con aquella famosa delantera de Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau. "Buenos Aires del 40, de Troilo con Fiorentino, Angel Vargas y D’Agostino, D’Arienzo en el Chantecler". ¡Qué desfile de figuras engalanan este tango! Para que no le guste a mi amigo "Golo" Tapia, que me lo hizo escuchar y soñar con esa noche porteña, que magnetizara a nuestros mayores en esos años. El tango remata con una chanza a la "muchachada de ahora que llegan a primera sin conocer". Lindo tiempo aquel, en que la bohemia anochecida, le daba colofón a un día de laburo y metejón.

Por Orlando Navarro
Periodista