Señor director:


El Episcopado ha clarificado el porqué pasa lo que pasa: "La enfermedad de la violencia" y como debiera sanarse, nunca dice que hay islas en el territorio que no tengan el flagelo de la violencia, la droga y otras yerbas. Hay que asumir, pensar, planificar (tal vez legislar) y obrar para que alcancemos niveles óptimos de paz, concordia y fraternidad entre los argentinos. ¡A trabajar a los que les corresponda! Que son los estamentos del Estado, de la sociedad, de la cultura de las religiones y de las familias, hasta los gremios. ¡Que nadie se haga el distraído! Las 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires están sufriendo "la enfermedad" de la intolerancia y el odio que conduce a la violencia. Por ello todos estamos expuestos de una u otra forma, por más que quiera minimizarse. También es una falta de respeto y consideración hacia los medios de comunicación y a los señores periodistas especializados en estos temas de pensar que lo que día a día se informa, "podría" ser inventado. Se arriesgan mucho en dar este tipo de información, no obstante lo hacen. Como católico solo me inclino ante Dios, que es amor y verdad. La enfermedad ya está instalada. Pero hay que sanarnos como sociedad para evitar males mayores.


Leopoldo Mazuelos Corts
DNI 5.543.908