Señor director:
Desde hace varios años que los argentinos en general y los sanjuaninos en particular, se manifiestan contra la venta y uso abusivo de la pirotecnia. Las redes sociales marcan el pulso de lo que expresa la gente.
Pero, como si esto fuera poco, las pruebas son un claro ejemplo de los desastres que esto puede ocasionar, como lo sucedido el pasado martes en México, en el municipio de Tultepec. Allí se produjeron 6 explosiones que dejó como saldo parcial, más de 30 muertos, 72 heridos y un número similar de desaparecidos, según datos que se van actualizando, y que son difundidos por los diferentes medios mexicanos.
La pregunta es ¿será necesario que ocurra una tragedia de este tipo en nuestro país o en San Juan, para que se prohiba definitivamente la venta y uso indiscriminado de estos productos? La respuesta recae en las autoridades tanto nacionales como provinciales y municipales.
En ellos está el peso de los muertos y heridos que pueden cargar en sus conciencias, más allá de los grandes daños materiales que suceden en esta época del año.
Desde hace muchos años, las principales notas periodísticas pos Navidad y Año Nuevo, son los heridos y muertos por causa de la manipulación de productos explosivos, no obstante las recomendaciones para su manipulación.
En San Juan, sólo dos municipios -Rivadavia y Santa Lucía- han prohibido su venta y uso, en tanto la Capital lo dejó para 2017. Pero esto no es suficiente, porque hay personas sin escrúpulos que pueden adquirir estos productos en otras jurisdicciones.
Un departamento en el que se iba a tratar el tema es Caucete. Pero de manera increíble, algunos concejales hicieron todo lo posible para postergarlo para el año próximo, según medios periodísticos.
Realmente, la decisión de la reglamentación total de la pirotecnia, lo debe disponer una ley nacional, como reclaman entidades con un petitorio con miles de firmas. Que sea pronto, antes de que pase una tragedia como en México.
