Señor director: 


He leído en la página 7 de DIARIO DE CUYO, del pasado jueves 6 del presente mes, una nota acerca de un trabajo ejemplar de unos chicos de Rawson: un tablero de ajedrez de 4 x 4 metros y sus respectivas piezas de gran tamaño. Felicito a los creadores a profesores y a la Municipalidad del departamento, que han materializado tal proyecto y que recorrerá la provincia para ser admirado con asombro. Además de propagar el entretenimiento con el juego ciencia. Respecto a eso quiero informar a los chicos rawsinos y a los lectores, por si no lo saben, que un gigantesco tablero de ajedrez fue construido en la Plaza Aberastain, tiempo después del sismo de 1944, en un plan de remozamiento de algunas de las que había en la ciudad capital destruida. Empezaba la reconstrucción.


Allí se trasladó el monumento del asesinado gobernador sanjuanino unos metros hacia el Sur, dejando en el centro del lugar un espacio de grandes dimensiones, libre de obstáculos, usado hoy para actos patrióticos, deportivos, religiosos y otros. Se pavimentó con trozos de lajas de Pie de Palo, cemento y piedras del Río San Juan, un seudotablero que fue estrenado y después usado, pintando los 64 escaques. Allí jóvenes y adultos manejaban las 32 piezas de materiales livianos de la altura de un niño de 9 ó 10 años. Se movían de ahí para allá o de allí para acá cargando reyes, reinas, torres, alfiles, caballos y peones con gran atención y concentración hasta el Jaque Mate. Yo, a mi avanzadísima edad (92), aún recuerdo cómo se construyó y cómo jugaron ajedrecistas frente a transeúntes de aquí y visitantes. En algún mal momento dejó de funcionar por causas ignoradas y las vistosas 64 figuras desaparecieron. Han de estar estáticas en algún rincón municipal. Quizá en un oscuro sótano a la espera de ser sacadas a la luz para ser admiradas nuevamente. Vuelvo a felicitar a los hacedores chicos de Rawson a la vez que los insto a visitar la plaza para conocer el tablero tan singular.