Señor director:
Hay actitudes que no comprendo y que se suceden muy a menudo en nuestras calles. Es común en las inmediaciones de la Terminal de Ómnibus de nuestra ciudad Capital y del Hospital Rawson, ver a los choferes de ómnibus detener su marcha para comprar, al paso, café y tortitas, para desayunar mientras conducen. En primer lugar esta actitud provoca la obstrucción del tránsito vehicular, ya que el colectivero estaciona en lugares inapropiados y por varios minutos hasta que el vendedor le pasa por la ventanilla el vaso de plástico de café caliente y la tortita que, también está muy caliente por lo que va envuelta en una servilleta. Este comportamiento no es es exclusivo de la mañana ni en época de bajas temperaturas o lluvia, sino que al mediodía es el sánguche y la gaseosa la que reemplaza el consumo.


No estoy en contra de que los choferes se tomen un descanso para desayunar, merendar o almorzar, si es necesario. Lo que cuestiono es que lo hagan mientras van cumpliendo con los recorridos, poniendo en riesgo a los pasajeros y a los demás conductores que encuentran en la vía pública. La Policía de Tránsito tendría que estar un poco más atenta a este comportamiento y evitar que esto suceda. Lo mismo que los conductores de colectivos hablen por celular o con acompañantes ocasionales que con tal de no pagar el pasaje se ponen a conversar con ellos.