Señor director:


El tema de la cobertura de salud para cualquier persona siempre es preocupante. La mayoría de los casos disponen obra social, a través del sistema tradicional o el prepago. Pero hay un grupo cada vez mayor, integrado por personas de más de 25 años que estudian o que no han conseguido todavía un empleo estable y que carecen de esta cobertura. Para los primeros existe la alternativa o "Plan estudiantil'', que ofrecen algunos sistemas de salud, de adherir con un sistema similar al prepago. Sin duda que se trata de un aporte promocional que ofrece una cobertura mínima, pero indispensable para evitar sobresaltos ante una eventual enfermedad. Ocurre que en este esquema hay un servicio de salud que depende de una prestigiosa entidad de nuestro medio que está ofreciendo este servicio. Pero que periódicamente incurre en acciones que podrían calificarse de poco consideradas para los afiliados que, con mucho esfuerzo, pagan mensualmente su cuota. Cortan totalmente el servicio ante el mínimo atraso en el pago de la mensualidad, sin averiguar los motivos o las causas.


Generalmente son interrupciones en la cadena de pago las que ocasionan estos inconvenientes, pero que al poco tiempo se regularizan. Lo malo de todo esto es que mientras tanto el servicio es cortado sin la menor consideración.


Sería muy bueno que desde la Superintendencia de Seguro de Salud se analice este tipo de casos y se dispongan plazos de tolerancia, especialmente cuando el afiliado ha dado muestras de cumplimiento y que no es proclive a moras excesivas.