Señor director:


Cuando las circunstancias de la vida no son favorables puedes sentirte como en medio de una tormenta: temeroso, desprotegido, sin encontrar el rumbo. ¿Qué hacer? Ir a tu refugio interior. Allí encontrarás la calma para meditar, vislumbrar el camino a seguir. Recién podrás comenzar la marcha. No te maltrates, no despotriques contra terceros. Mira el horizonte, y aún lento, comienza de nuevo. Es como despertar a la vida: ponele ganas. ¡Se puede!


Pensando en el hoy, escribí: Nuestra realidad nos habla. Necesitamos más brazos de trabajo, que de seres que saben gritar, hablando por tres sueldos de aguinaldo. Necesitamos de seres que sepan manejar la pala, más que de seres que se reúnan en los cafés o comités de campaña. Necesitamos que nos juntemos a regar la plaza, en vez de jóvenes en bancos llenos de descanso y charla.



Beatriz Albaladejo   DNI 4.413.700