Señor director:

Se anuncian crisis cercanas en las que aparece el miedo como factor principal. Hay miedo ante el rumbo que adoptará la economía mundial a partir del nuevo presidente de Estados Unidos. Hay miedo a las consecuencias del "Brexit".

Hay miedo a la emergencia de los populismos que se nutren precisamente de las incertidumbres sociales. Y hay miedo a las nuevas amenazas del terrorismo yihadista que aumentan a medida que pierde terreno en sus feudos de Irak y Siria.

En buena medida, estos miedos responden a situaciones reales. Pero lo peor que pudiera ocurrir a nuestro mundo civilizado sería una suspensión, aunque fuese temporal, de los mecanismos democráticos de defensa, y sobre todo, de la capacidad creativa que ha permitido el progreso humano a lo largo de la historia.