Señor director: 


La primera semana de marzo de 2017, nos proyectó a nivel internacional, con hechos vergonzosos. Y, al parecer, sucederá lo mismo durante la primera quincena de abril. Es que hace días, la "turba'' inculta y violenta se apropió no sólo de la ciudad de Buenos Aires, sino que impuso su malevaje gremialista para amedrentar a quienes no comparten llevarse por delante los niños de las escuelas en Argentina. Gremios de ignorantes y patoteros, arrastrados en colectivos desde el interior de las provincias norteñas, manipulados detrás de bambalinas por la "señora'', autora de estos desmanes de gente pobre creada para rendirle "culto''. Son los que se venden por poco dinero y un pan, sin darse cuenta que se están comprando un boleto a la eterna indigencia y la mediocridad. 
Entre el tumulto y la desfachatez de imponer "miedo'' en la orgía descomunal que orquestó la CGT y otros grupos patoteros que delirantes de poder han plasmado la foto del bochorno y del rechazo ciudadano harto de estos incontrolables desmanes que traen malas consecuencias.  


Mienten los gordos cuando mencionan cobardemente: "ha sido una concentración numerosa como jamás se vio''. Pedirle honestidad sería como pedirle peras al olmo. Digan cuánto dinero del erario publico costó tamaña y ridícula fantochada. Las mujeres gremialistas deberían ser apartadas de sus cargos porque lo deshonran. Son un mal ejemplo.