La guerra también contamina y mata al medio ambiente.

 

Al cumplirse el primer aniversario de la invasión de Ucrania, se ha hablado de todo tipo de pérdidas humanas y materiales, pero poco de la contaminación del aire, suelo y fuentes de agua, según denuncia el técnico del Área de Antiglobalización, Paz y Solidaridad de Ecologistas en Acción, Enrique Quintanilla, desde España.

"La contaminación -cuando hay una guerra- se produce por tierra, mar y aire", dice, por los "misiles, los impactos, los disparos de los tanques, de ametralladoras…". Explica que "los proyectiles de cualquier tipo están hechos de hierro, de carbono, pero en casi todos, aunque dependiendo del tamaño, se utiliza plomo o estaño, y los misiles están recubiertos de azufre, de cobre".

Cuando estallan, todos esos elementos contaminan el suelo y las aguas, incluso las subterráneas. Pero, además, se producen otros procesos "muchísimos más lentos", pues hay que tener en cuenta lo que puede quedar durante años o siglos después de la guerra de Ucrania, lo que "traerá consecuencias realmente terribles en cuanto a contaminación".

Ahora mismo, la guerra "directamente ya está afectando al cambio climático", sostiene Quintanilla, ya que "se producen lluvias ácidas en cualquier lugar donde hay un conflicto por todos los componentes" de la munición.

Según las ONG, los ataques con misiles han causado incendios forestales y los bombardeos en zonas industriales han provocado "una contaminación adicional del aire, del suelo y del agua". 

 

Por Lourdes Uquillas
Agencia EFE