Señor director:

Hace algunos días leí con mucha atención en vuestro diario una nota en la que, en resumidas cuentas, hablaba de las epidemias que ocurrieron a lo largo de la historia en San Juan. Y la mayoría, por no decir todas, surgieron por la contaminación del agua. Es decir, el agua no estaba en condiciones de ser bebida por distintas circunstancias. Por lo general, debido a la suciedad que tenía, ya que no había sistemas de potabilización. Pero además porque el hombre contaminaba los cauces arrojando residuos que provocaban posteriores enfermedades. Teniendo en cuenta esta historia, creo que los sanjuaninos debemos ser estrictos con el cuidado y protección de las fuentes de agua. Debe ser una cuestión de estado en la que se involucre, no sólo los organismos de gobierno, sino a cada ciudadano. El hacer uso indebido del agua, como arrojar residuos a ríos, canales, y acequias, no se puede admitir y debe tener las sanciones fuertes desde el punto de vista jurídico para evitar que, aguas contaminadas, rieguen nuestros campos, como también que las bebamos. De una vez por todas, debemos cuidar la tierra que Dios nos dio para que vivamos y nos desarrollemos como seres humanos.

 

Emiliano Rodríguez
DNI 12.298.267