Señor director: 

En la actualidad, pensar en la cultura como elemento de superación del estrato social que ocupamos, se vuelve anticuado. Según Zigmunt Bauman en su postura teórica definida como "Sociedad Líquida”, dice que ni siquiera el individuo productor o promotor de cultura, tanto como el consumidor de la misma, son los mismos que hace no más de un par de década. Rápidamente el cambio fue trascendental. Ya no hay populachos por culturizar para salvar del salvajismo o civilizar. Hay clientes con necesidades que se deben satisfacer en parte, pero que hay que motivar para que ese sentimiento de "falta de”, sea constante. Ya no hay libros que cultiven los hombres como cuando eruditos plasmaban sus ideas sobre todo las áreas, sobre la ciencia, sobre la sociedad,etc. Que luego se almacenaban en anaqueles de bibliotecas que resguardaban celosamente es preciado tesoro. Hoy es Internet quien sabe todo. Ahora se presenta apenas la llamamos en el celular, tablet o Ipod.  

Eso que flotaba en el silencio de clubes de lecturas integrados por eruditos que escribían para una sola clase social culta, hoy se ha transformado en una herramienta, sólo para crecimiento económico individual, fugaz pero sin estabilidad. 

Dice Bauman que esa oferta de cultura envejece pronto, pero crea otra demanda inmediata al morir y posteriormente en otra. Es decir, en un espiral de nunca acabar y que obliga a producir una constantemente oferta innovadora. 

Luego de leído el artículo que me cedió la profesora Patricia Guevara, mi mente sólo necesitó relacionar con lo dicho, palabras tales como "Celular”, "Show de Tv” "Talentos fugaces”, "Automóviles” y otras.  
Haga la prueba de lo que expreso, a cada frase de esta opinión agréguele una de estas palabras, se dará cuenta que con esa técnica didáctica es posible ver la realidad inconstante, para la que hay que estar precavido y atento porque no todo puede licuarse.