Señor director:


De acuerdo a las clases sociales eran las danzas o bailes que el pueblo argentino, o colonia española, antes del 25 de mayo o después del primer grito de libertad se bailaban. Los españoles recordando a sus reyes y los esclavos y criollos luchado por sus libertades. Los aristócratas en elegantes salones bailaban el cielito, danza europea de finos y insinuantes movimientos que acompañaban a las lujosas vestimentas, moda, también traída de Europa. Sin embargo, los negros esclavos y después del 25 tenían como única danza el candombe, ritmo con frenesí y entrega, descalzos y lejos de sus "amos, como rompiendo las cadenas". Los estancieros criollos y algo de españoles, con dinero pero sin ser aristócratas, en sus fiestas bailaban el gato, el malambo, para las mujeres uno que otro cielito, y al finalizar la fiesta, todos bailaban el pericón, como gesto de unión y amistad. Pero los campesinos, gente del interior y retirados de las ciudades, casi criollos-españoles, anexaron otras danzas, La media caña y el triunfo, (por los soldados de muy bajo rango e imitando a sus superiores) y la zamba, traída por arrieros del Perú, allí llamada zamacueca y otras danzas del momento bailadas por los blancos, no así el candombe que era baile solo de los negros y algo mal vista, porque se bailaba cerca de las fogatas y que se confundían con ritos que la Iglesia no aceptaba. Pero como la historia se repite, en mi escuela primaria, "estimo sin querer", las maestras cuando preparaban los actos del 25 de Mayo, las danzas eran infaltables, como el plato fuerte del acto patrio, como la foto tomada por José Mazuelos en la Escuela Rivadavia, el 25 de Mayo de 1949. Agradezco, porque despertó mi pasión por la danza en una Argentina libre, con distintas "posibilidades, pero sin cadenas".