Señor director:

Seguidor del Cirque du Soleil desde hace años esta vez me decepcionó. No por lo superlativo del nivel del espectáculo. Sino por haberlo presentado en un Polideportivo (Aconcagua Arenas). El circo es para verlo en una carpa, donde uno se sumerge en la burbuja de magia creada por los malabares y equilibristas. El OVO visto desde lo alto de la tribuna (tratando de esquivar la baranda), parecía un huevo de avestruz por lo pequeño y no lo pretendido, el origen de todo. Y los artistas, pequeños saltarines que escasamente se veían. Un fiasco para los $4.000 que costó la entrada. El próximo espectáculo no me lo pierdo. Pero iré a verlo a donde se presenten en la carpa, verdadero sentido de la magia del circo.