Señor director:
El hombre sabe que vivir no es fácil. Séneca nos dijo que "no existe arte más difícil que el de vivir. Para las demás artes y ciencias, en todas partes se encuentran numerosos maestros". Seamos optimistas. Aún en la angustia e incertidumbre de los días que vivimos, pues si la especie humana ha sido capaz de crear la ciencia y el arte, ¿por qué no ha de ser capaz de crear un mundo de justicia, fraternidad y paz?. De esta manera, al obtener algo provechoso en la vida, corresponde defender un compromiso, eso se llama lealtad, concepto muy amplio que abarca en lo personal y se extiende hasta en la Patria, el trabajo, la familia o la amistad. La bondad debe salir del propio espíritu y entonces se convierte en virtud y la virtud es filantrópica y servicio a la comunidad. Todo esto no es fácil de encontrar, porque quizás nadie entienda mejor el valor de la lealtad que aquellas personas que han sido traicionadas en algún momento. La lealtad implica defender a quienes nos han ayudado, agradecer cuando alguien ha dado algo bueno y necesitamos ser leales con aquellos que han colaborado con ese alguien que nos defendió. Es decir, el país que nos cobija como Patria y esa organización que nos da trabajo. Si somos leales logramos llevar la amistad y cualquier otra relación a una etapa más profunda, con madurez. Cualquiera puede tener un amigo superficial o trabajar en un sitio simplemente porque le pagan. La lealtad implica un compromiso mayor; supone estar con amigos en las buenas y en las malas, es un compromiso con la empresa donde trabajamos y con la sociedad misma. En ese sentido, la lealtad es una llave que nos permite tener un auténtico éxito en nuestras vidas. Así podremos observar que el compromiso de la lealtad se relaciona estrechamente con otros valores como el respeto, la amistad, la honestidad, entre otras. Es importante reconocer los valores que representan las instituciones o aquellos que promueven las personas con sus ideas y actitudes como la relación padres e hijos, la empresa con sus empleados, los alumnos hacia su escuela. Saber vivir no es fácil. Vemos como la lealtad no es consecuencia de un sentimiento afectivo, sino el resultado de una deliberación mental para elegir lo que es correcto, teniendo en cuenta que uno de los mayores enemigos del éxito es el temor.
Roberto Olivera Vega
Periodista
