Señor director:

Quiero compartir con los lectores de vuestro diario esta poesía que es un pasaje de mi vida nunca olvidado. Ser titula: "Despedida".
Los seis hermanos llegaron al lugar / traían en sus mentes los recuerdos / de la niñez pasada... en el amado hogar / con la madre hacendosa y tan honrado padre . // Uno de los mayores dijo: "no hay que llorar hermanos / vivamos con alegría este encuentro / con la niñez lejana". // Junto a la vieja tranquera / el eucalipto los descubrió y se dijo: / "¿Serán los mismos que hace años / corrían felices entre ramas de sauces ...?" // Uno de ellos buscaba ansioso / aquella acacia, cuyas blancas y bellas flores / embalsamaban con su aroma, las mañanas...// No la encontró / y su corazón se entristeció nostálgico. // El puentecito de madera / aún atravesaba la acequia amiga, / testigo de nuestras travesuras en el agua turbia y rumorosa. // Después nos acercamos a la casa abandonada, / todo era silencio, desolación, no había quedado nada: sólo tristeza. // ¿Dónde se fueron las risas de los niños, la voz del padre y la ternura amorosa de la madre? // El hermano mayor se dio cuenta de ese hondo dolor y dijo... / "Se hace tarde, vamos ya /pero las lágrimas humedecían el patio solariego de ladrillos / las paredes de adobes, envejecidas / Reteniendo las lágrimas nadie habló, un nudo en la garganta los ahogaba. // El carolino vigía de la casa, los vio y pensó; / "¿Serán los mismos que hace años corrían descalzos en la acequia rumorosa...? //Esa mañana fue la más triste / la brisa sollozó contemplando a los seis hermanos que lloraban.