Señor director: 


Cuánto de verdad tiene aquel viejo adagio que dice que "al que se destaca muchos se encargan de hundirlo". Cuánta lástima da que existan personas envidiosas y tan poco inteligentes como para creer que perjudicando a alguien -que en su trabajo se dedica con pasión a hacer cosas-, ellos van a alcanzar alguna clase de ventaja.  


Miriam Fonseca, funcionaria municipal en Caucete, escritora, historiadora y miembro de la Junta de Estudios Históricos, ha sido injusta y arbitrariamente removida de su puesto en el "Museo Caucete", luego de que ella y el coordinador, Víctor Becerra, comenzaran una cruzada cultural, pocas veces vista en ese departamento. Lograron conformar un activo binomio de trabajo junto a otros colaboradores, que se entusiasmaron en seguirlos. Esto causó escozor entre quienes no tienen las luces suficientes para generar actividades que durante 2016 una y otra vez Becerra y Fonseca lograron. Lo hicieron con recursos que no necesariamente salen del municipio, sino más bien de sus bolsillos. Lo que más, al parecer, ha molestado para promover esa remoción de la señora Fonseca, fue el haber publicado en estas páginas de DIARIO DE CUYO el hallazgo, que junto a Camilo Agüero, otro escritor nuestro, y el propio Víctor Becerra, hicieron de los restos del "Miliquito", que supo ser objeto de culto hace más de 60 años en "Pozo de los Algarrobos". Quizás fue la gota que rebalsó el vaso de la inoperancia de algunos envidiosos que nunca faltan.  


Miriam está ahora en Relaciones Institucionales, con lo cual, en realidad, quienes han decidido quitarla de escena, no han hecho más que fortalecer su accionar netamente hacedor. 


Los escritores estaremos mucho más vinculados con ella y cooperando para realizar actos culturales que no necesariamente van a involucrar al municipio, que parece preferir que la Cultura no tenga un desarrollo pleno. ¿Sabrá esto el intendente Julián Gil?  


Por nuestra parte continuaremos trabajando codo a codo con Miriam, con Víctor y con todos los autores cauceteros siguiendo en la senda ya trazada que es inamovible.