Señor director:
Hoy vuelvo a escribirle sobre un viejo tema, insistentemente planteado, sin resultado alguno, del que intenté muchas veces no volver a ocuparme:
El terreno baldío de Urquiza y 25 de Mayo, propiedad de la Universidad Nacional de San Juan.
Vengo luchando por la limpieza y el mejoramiento de ese lugar, ciertamente estratégico, hace cerca de 40 años. Transcurrieron a su debido tiempo, muy cerca de él, cuatro campeonatos mundiales de hockey.
De forma sorpresiva, después de tanto tiempo e insistencia siempre desoída, esta semana llegó su hora. Pero bien dicen que la felicidad nunca es completa: la limpieza incluyó la erradicación de dos palmeras enormes, únicas sobrevivientes del lugar.
¿Por orden de quién se intervino finalmente el terreno? ¿Fue acaso la Municipalidad de la Capital, que durante décadas desoyó los reiterados pedidos de los vecinos? ¿O acaso su propietaria, la Universidad Nacional de San Juan, cuyas autoridades de todos los tiempos hicieron otro tanto?
¿Quién responderá por ese daño? ¿O es más razonable y realista pensar que quedará impune?
¿Alguien más se dará cuenta de lo que ha pasado? Hablo de las miles de personas que a diario transitan por el lugar y que tal vez nunca lo vieron realmente. Sólo cuando amamos los lugares disfrutamos su belleza y nos duele su abandono.