Señor director:
Hoy, 10 de noviembre, se celebra en el país el "Día de la Tradición". Esto es en conmemoración del nacimiento de José Hernández (1834-1886), autor de "El gaucho Martín Fierro". En esta fecha me parece oportuno recordar a dos personalidades contemporáneas entre sí, representantes de nuestro folclore: Atahualpa Yupanqui y Buenaventura Luna.
Atahualpa Yupanqui (1908-1992) fue uno de los poetas y compositores que cantaron a nuestro país, en alianza con el paisaje.
En "Tierra querida" dijo: "Una voz bella, quien la tuviera/ para cantarte toda la vida,/ pero la estrella me dio este acento/ y así te siento, tierra querida".
En la canción "Al arriero" expresó: "Es bandera de niebla su poncho al viento,/ lo saludan las flautas del pajonal,/ y animando la tropa por esos cerros,/ el arriero va, el arriero va".
En la zamba "Luna tucumana", explicó que en las noches solitarias el caminante realiza su viaje al amparo de su luz que le proporciona compañía: "Yo no le canto a la luna/ porque alumbra y nada más,/ le canto porque ella sabe/ de mi largo caminar".
En homenaje a Buenaventura Luna, Atahualpa Yupanqui escribió: "Buenaventura Luna, está en su tierra./ La comarca de Huaco limpió sus lejanías,/ Pobló de resonancias su campana de cumbres.// A lo lejos el aire se puebla de tonadas,/ y una vidala errante, litúrgica y nocturna/ quiere nombrar tu nombre, Buenaventura Luna".
Buenaventura Luna (1906-1955) cantó a su región y al país. Su voz se hizo tonada, fue vidala y fue canción. Hizo conocer al mundo su valle sanjuanino: "Vallecito de Huaco donde nací,/ sombra del fuerte abuelo que ya se fue,/ a tu molino viejo quiero volver/ hoy que de amarga vida probé la hiel".
El sentir patriótico de Buenaventura Luna vibró en "El fogón de los arrieros" cuando dijo: "Quise armar un fogón allá en la sierra,/ en mis lejanos pagos jachalleros,/ que llamara cordial a los arrieros/ de todas las distancias de la tierra.// Y tuve suerte en la intención aquella.// A las cumbres más altas de los cerros/
llegaron con sus cantos los cencerros/ desde todos los rumbos de la estrella.// Rojeó en las cumbres y alumbró los llanos/ la inmensa llamarada de un clarín,/ y lloraron para adentro los paisanos/ al conjuro de un nombre: San Martín".
En "Zamba de las tolderías" se refirió a los pueblos nativos: "Tristeza que se levanta/ del fondo de las tradiciones,/ del toldo traigo esta zamba/ como un retumbo de malones".
El poeta y cantor sanjuanino inmortalizó su valle de Huaco: "Te canto vallecito por recordar,/ los verdes alfalfares, tu huerto en flor,/ el oro de tus trigos, el manantial,/ y la lejana estrella que él reflejó".
Atahualpa Yupanqui y Buenaventura Luna llevaron su canto a otras latitudes. Difundieron la música nativa, la canción popular.
Sus poemas, hechas canción perduran en la memoria y en el reconocimiento emocionados de los argentinos. Hicieron trascender internacionalmente el paisaje, y las tradiciones de nuestro país. Ambos son reconocidos como unos de los mayores íconos de nuestra música nativa.
