Señor director:


En mis días de juventud y de cuerpo vigoroso trabajé dignamente como encargado de un edificio en Buenos Aires. En aquellos momentos no me imaginaba el terrible padecer de mis años de vejez. En estos días de pandemia tengo que andar mendigando por una jubilación que me corresponde (me la he ganado); pero no la cobro. Esto debido a que se adelantó mi jubilación por discapacidad que produjo una enfermedad de varices en las piernas. Pero hasta la fecha sólo padezco necesidades. Como todos en mi situación, debo comprar remedios y víveres, pero no puedo hacerlo. ¡Me encuentro en una situación desesperada! Vivo de la caridad de mis familiares más cercanos, quitándoles recursos que ellos también necesitan. Mi numero previsional es: 15073800650 y no cobro desde 12 de noviembre de 2019. Me presenté a la Justicia y tengo una resolución del Poder Judicial de la Nación, firmada por el juez Federal Rago Gallo, para que el cobro se haga efectivo. Pero hasta la fecha sólo padezco necesidades. Me siento como el protagonista de la novela de García Márquez: "El coronel no tiene quien le escriba". Sin embargo, mi esperanza se ve marchita, pues no tengo un gallo y menos aún la oportunidad de una riña. Me siento en un total desamparo y abandono social. Estoy en a la espera de que las autoridades competentes puedan poner sus ojos en solucionar mi problema. Quiero volver a ser digno como lo fui toda mi vida. Desde ya muy agradecido a este medio por permitirme esta publicación.


Raúl Zogbe
DNI 10.999.398