Señor director:
Los que sentimos amor por nuestro país vemos como está sufriendo una pérdida de valores
morales y espirituales que degradan a los más jóvenes. El futuro o capital humano que la República Argentina tendrá en algunos años más, viene con signos alarmantes, según los últimos informes oficiales. En ellos habla de que no para el consumo de drogas, alcoholismo y otras variedades de drogas. Pero lo más trágico es que la iniciación del consumo ha bajado y se está apoderando en niños de 10 a 11 años de edad, de ambos sexo y condición social.
Es obvio que no se hace nada y nadie hace nada. También, que las estructuras gubernamentales, años atrás abrió las puertas para que la droga ingrese al país y se instale para matar y estropear a generaciones de jóvenes, que hoy ya no son recuperables.
Las personas que ya hemos pasado los 60 años de edad, no veremos en los futuros adultos, el daño que provocó el haber consumido drogas en su formación intelectual y física. En la actualidad les está destrozando sus capacidades, reduciendo sus inteligencias.
En ese sentido, otro de los frutos de la droga es la delincuencia, que también aumentó. Los niveles de violencia cada día nos sorprenden más, como la edad para empuñar un arma de fuego.
Este flagelo está entre los ciudadanos. A menos que se quiera combatirla.