Señor director:


En un año de campañas electorales parece que todo sirve para ensuciar con leyendas, como paredes, columnas de alumbrado público, puentes, entre otros. Precisamente, a este último ejemplo quiero referirme de manera muy breve. Al llegar a San Juan, pude observar la belleza del interior del puente de avenida de Circunvalación esquina Hipólito Yrigoyen. Allí le hicieron dibujos geométricos en colores grises, blancos y vivos negros. Se nota la mano artística y la belleza a la vista. El contraste es el puente de avenida Circunvalación y Paula Albarracín de Sarmiento, donde está todo pintado con leyendas de un candidato político. Mi pensamiento es que se debería cuidar el espacio público y limitar la saturación de proselitismo político. Todos tenemos el libre albedrío de elegir. Pero también tenemos el derecho de que no nos invadan con tanta contaminación visual, en este caso con leyendas políticas.