"Bernao, Mura, Luis Suárez, Mario Rodríguez y Savoy", dijo un moreno en portugués. Una noche de enero de 1983, en un comedor que había por calle Santa Fé frente a la Escuela Antonio Torres, ocupaban una mesa: el periodista Oscar Vega Mestre, el futbolista Carlos Molina ("Bruja" para los sanjuaninos, "Puma" para los mendocinos), el anfitrión, un señor de apellido Quintana, que lucía una llamativan peluca de color rojizo y Paulo Valentín, goleador de Boca Jrs, quien había nombrado la delantera de Independiente Campeón de América 1964. Valentín había llegado a San Juan y dirigía las inferiores del Club Trinidad. Si en esos años hubo delanteras históricas también las defensas eran buenas. En la provincia el escenario era parecido. A comienzos de la década de 1950 llegó de Niquivil al Club Juan Graffigna (hoy Colon Jr.) un defensor de lujo que se apropió de la camiseta número 2. Era Leocaldo Roberto Carrizo. La popular lo bautizó "Leocadio". El jachallero se convirtió en figura por su característica de quitar el balón al rival sin cometer infracción. Carrizo frente a la artillería adversaria paraba la pelota con el pecho, la bajaba sosteniéndola entre sus rodillas, la dejaba en el piso y recién ahí, con la cabeza levantada salía jugando, metiendo a veces estiletazos que dejaban a sus delanteros en posición de gol. En 1964 protagonizó un hecho histórico cuando su equipo se transformó en Colón Jr. Compartió muchas defensas con jugadores de dispares características. Estuvo al lado de Gómez, Mallea, Abaca, Quevedo, Ovejero, Delgado, Alcaraz, Díaz, Pelletier, Grecco, Gil, etc. Siempre sobresalió. Se dio un gusto en vida "Jugar con su hijo Walter (otro exquisito del fútbol)". En 1972, uno de sus ex "mascotas presenciaba en cancha de Colón un partido entre Capitán Lazo y Ferroviarios – Atsa, y vio en este último equipo con la casaca 2, a aquel hombre que años atrás lo había llevado de la mano desde el túnel al círculo central. Fue su despedida después de casi veinte años en Primera.
La Leyenda dice que nunca lo expulsaron. También dice que lo buscaron de Independiente Avellaneda, y por esas cosas del fútbol no se dio. Fue el señor del área de Graffigna, Colón y la Selección sanjuanina. Habían jugadores de muy buen nivel, pero en su puesto fue lo mejor que yo ví.