Señor director:

Luego de leer una nota publicada por un matutino porteño sobre el desastroso estado del ferrocarril Belgrano Cargas, observo el caso como una metáfora de lo que le ocurrió al país desde la asunción del populismo con el golpe de estado fascista de 1943. Juan Perón compró los ferrocarriles de capitales británicos en 1947.

En ese momento, la Argentina era un país próspero que gozaba de un nivel de vida envidiable y atraía cientos de miles de inmigrantes europeos que escapaban de los horrores de la Segunda Guerra Mundial. Han pasado más de 70 años y el país es un ejemplo mundial de las consecuencias de gobiernos demagógicos.