Por Antonio Diaz Ariza, Docente y escritor.

El Congreso General que declaró formalmente la Independencia de nuestro país sancionó desde 1816 a 1820 y estuvo emplazado en Tucumán. Para tan importante convocatoria, se alquiló a Doña Francisca Bazán de Laguna, una casa tipo zaguán con patio abierto, en el centro de la Ciudad ("La famosa casa de Tucumán").

La casa original fue construida durante la década de 1760 por el comerciante Diego Bazán y Figueroa, para ser otorgada como dote en el matrimonio de su hija Francisca Bazán con el español Miguel Laguna.

Años después de la independencia fue modificada varias veces y reconstruida de casi la ruina total. Aunque siempre se mantuvo la clásica fachada que todos recordamos de la escuela primaria con las columnas retorcidas a cada lado de la entrada principal. Finalmente en 1941 la Casa de la Independencia fue declarada Monumento Histórico Nacional.

Las sesiones del Congreso se iniciaron el 24 de marzo de 1816, con la presencia de 33 diputados.
Dieciocho de ellos eran abogados, nueve sacerdotes, y dos frailes, mientras que los otros cuatro eran militares.

Los representantes eran: siete por Buenos Aires, dos por San Fernando del Valle de Catamarca, cuatro por Córdoba, tres por Charcas, dos por Chichas, uno por La Rioja, dos por Mendoza, uno por San Salvador de Jujuy, uno por Mizque, Tres por Salta, dos por San Juan, dos por Santiago del Estero y dos por San Miguel de Tucumán.

Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes y la Banda Oriental que eran las provincias federales ligadas a Artigas decidieron no enviar representantes. Tampoco asistirían diputados de Paraguay y del Alto Perú, con excepción de Chichas (Potosí), Charcas (Chuquisaca) y Mizque (Cochabamba).

El primer presidente provisional del Congreso en Tucumán fue el porteño Pedro Medrano y a partir de allí se alternaron la presidencia a razón de un congresista por mes. Así hasta 1820 pasaron por la presidencia del Congreso treinta y ocho representantes, uno por cada ciudad. Gracias a un designio de Dios en el mes de julio y por ende el día 9 en el que se declara la independencia, le tocó presidir el Congreso al Ilustre sanjuanino Francisco Narciso Laprida.

Ese 9 de julio de 1816, el mismo día en que se aprobó el temario, se resolvió considerar como primer punto el tema de la libertad e independencia. Los diputados no tardaron en ponerse de pie y aclamar la Independencia de "Las Provincias Unidas de la América del Sud+, Nombre que se utilizó para estas tierras hasta 1860 que por un decreto del presidente Derqui se la nombró como República Argentina.