Señor director:
Estamos ante uno de los hechos históricos más importantes de los últimos tiempos. La visita del papa Francisco a Chile será una muestra del poder de convocatoria que tiene el Sumo Pontífice, ya que desde los últimos días de la semana pasada está motivando a que muchos argentinos crucen la cordillera de los Andes para verlo en persona.
Coincido en que es una lástima que el Papa no haya dispuesto venir a la Argentina, estando tan cerca, pero respetos sus motivos, que los debe tener, para no tener que forzar su agenda para llegar a su tierra natal.
Hay que comprender que los pontífices, al momento de asumir ese importante cargo, dejan de pertenecer al país en que han nacido y pasan a pertenecer a todas las naciones del mundo. Se deben a las necesidades que hay en otras partes del planeta y tienen que tratar de cumplir con su obligación suprema, que va más allá de viajar cada tanto a su país de origen.
Ojalá que a Francisco le vaya muy bien en Chile y que muchos argentinos católicos tengan la posibilidad de saludar a su líder espiritual.
