Es común ver ruinas en un lugar que tendría que ser un polo turístico provincial

 

Hace más de 40 años que el Parque Rivadavia está igual. Nada cambió. No sé cuál será el problema de las distintas administraciones de la Municipalidad de Rivadavia, que ignoran a semejante potencial turístico, económico y social de esa zona del departamento, que le daría divisas a las arcas municipales. Pero ese lugar, tal como está ahora, con ese estado de abandono, es una ofensa al turismo local, nacional y extranjero que quiere ver y disfrutar de la quebrada y de nuestras costumbres gastronómicas, como de nuestra hospitalidad sanjuanina. Pese a toda esta situación, el público sigue yendo a pasar momentos de descanso en familia. Así las cosas, ese predio no cuenta con servicios. No hay agua potable como para lavar la vajilla, tampoco baños químicos. No existen cestos de basura, indispensables para mantener la zona limpia y libre de contaminación. Hay mesas de cemento, algunas destruidas por vándalos, asientos de cemento o troncos de árboles. Pero, nada más. Hay apenas algunas farolas muy distantes entre sí, que, de todos modos, no brindan seguridad ni buena visibilidad. Los accesos son precarios y falta vigilancia. Todo esto se solucionaría con la voluntad política de hacer un proyecto junto a arquitectos que diseñen un auténtico polo turístico con servicios y espacios de divertimiento y comercial, que permita al visitante disfrutar de las 24 horas del día. Muchos ciudadanos sanjuaninos suponen que no se invierte en este parque con el fin de potenciar el camping municipal y que no le quite público. Si esto fuera así, sería un acto total de egoísmo y contrario a las necesidades del visitante de brindarle otra opción, más económica, pero digna. Sería bueno que las autoridades rivadavienses pongan en valor este lugar, porque de ser así, sin dudas, pasarían a la historia.

 

 

 

 

Por Ramón Ochova
Poeta costumbrista
Rivadavia – San Juan