Señor director:

Las "demostraciones de afecto" públicas son un gesto de militancia LGBT. Una cosa es "no discriminar" personas y otra es no discriminar conductas. El Inadi lleva a cabo su campaña de verano en la costa atlántica y en los centros turísticos de Córdoba, Mendoza, Entre Ríos, Bariloche, y Cataratas. Las actividades se realizan en el espacio público, en los balnearios y, durante la noche, en boliches y espectáculos.

Intentar poner freno a "demostraciones de afecto" inapropiadas para el espacio público es una de las acciones supuestamente discriminatorias en las que el organismo estatal hace hincapié: "Nadie puede pedirte que te retires de un lugar por tener demostraciones de afecto con tu pareja, sea o no de tu mismo sexo", dice la campaña. ¿Cuál es el límite de una manifestación de afecto?

Recordemos que el año pasado un par de actrices y activistas lésbicas protagonizaron un escándalo en "La Biela", donde se acariciaron y besaron hasta incomodar a los clientes.

Cuando se les solicitó que guarden las formas reaccionaron con ofuscación, presentaron una denuncia por "discriminación" y a la semana organizaron un "escrache" en el bar. Como castigo ejemplar, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires sometió al personal de "La Biela" a humillantes sesiones de adoctrinamiento en la ideología de género.

Para el activismo LGBT, las "demostraciones públicas de afecto" que el Inadi promueve ahora en lugares turísticos, son gestos de militancia, de allí que muchas de sus protestas incluyan masivas "besadas". ¿Quién piensa en los padres de familia que veranean junto a sus hijos?