Señor director: 


Siempre han existido en los alumnos, ciertas dificultades en el aprendizaje de contenidos. Hay que considerar que cualquiera sea la deficiencia o retraso en el acto de aprender es notable en el  
alumno y lo condiciona a la hora de continuar y/o seguir el ritmo de aprendizaje de sus compañeros  
de edad.  


Casi siempre las dificultades de conductas anteceden o también se dan en forma paralela y acarrean consigo: "el bajo rendimiento escolar'', tratándose en sentido general de obstáculos a  
nivel de las "emociones'' que suelen disminuir o bloquear la atención de los educandos. 
Gran parte de estos trastornos están relacionados, no sólo con factores intrínsecos al niño, sino también a factores vinculativos del niño con sus padres, a las particularidades que asimila  
de una realidad hogareña. 


Es decir, si el niño es asistido en todos sus derechos de ser humano, podemos decir que tal hecho  
acompaña al pequeño en un proceso de aprendizaje. Por el contrario si es en su familia y/o entorno, no escuchado, no entendido, es violentado o recibe malos tratos, todas sus formas verbales y  
físicas, son antecedentes negativos que nos facilitan las tareas de aprender, sino que la afectan. 


Esas situaciones de alteración del aprendizaje suelen aparecer acompañadas de otros inconvenientes tales como: falta de memoria; baja atención, escaso interés, poca organización de la tarea diaria; se aisla, es impulsivo, no desarrolla actividades y su actitud es muy dispersa. En el hogar no siguen instrucciones de sus padres. 


En conclusión: se puede aseverar que es una problemática generalizada. Pero no hay que desanimarse, ya que reviste un amplio margen de solución; queda en manos de profesionales y padres determinar el tratamiento para cada caso. 


Esta es una temática que requiere de gran compromiso, responsabilidad, celeridad, solidaridad de aquellos que verdaderamente desean terminar con este conflicto planteado.