Señor director:


El árbol sagrado, algarrobo, que fuera derribado por un fuerte viento el año pasado, y luego por la imprudencia de la gestión municipal capitalina que lo cortó. Tenía las raíces bien firmes y agarradas a la tierra. Todo un símbolo del renacer del Pueblo Huarpe, que considera al algarrobo el árbol. Este árbol había sido plantado, con la autorización municipal, por las propias comunidades indígenas que habitan el suelo sanjuanino, junto a miembros del Programa Universitario de Asuntos Indígenas (FFHA-UNSJ) en el año 2005, tras una ceremonia ancestral. Este árbol volvió a brotar, y lleva en cada una de sus ramas la savia que fuerza y es esperanza, que engrandece nuestra identidad sanjuanino. 



Francisco Ceballos   DNI 30.581.571