Señor director:

Intento encontrarle fin a la producción de un grande del cine, la música, el arte en general. La verdad es que no he podido. Esa persona es Leonardo Favio, que hace un tiempo atrás nos dejó en lo material para quedar por siempre en el recuerdo íntimo de cada argentino. Mencionar sus canciones mezcladas, mixturada en sus ideales y militancia política, nunca oculta, sería extenderme demasiado.

En tanto que en el cine, su huella será imborrable. Todo relacionado con lo argentino, casi como su biografía es mostrada en "Crónica de un niño solo'', luego "El romance de Aniceto y la Francisca'', describiendo personajes de campo como "Juan Moreira'', también leyendas como "Nazareno Cruz'', sin permitirme olvidar a Gatica "El Mono'', aquel boxeador que termina su vida debajo del colectivo, casi olvidado por la gente y su última película documental "Perón, sinfonía de un sentimiento''. Pero quiero detenerme en "Juan Moreira'', con la actuación espectacular de Rodolfo Bebán y una fotografía increíble para la época (1972).

Es ese hombre que del vivir de su trabajo luego hace del reniego el motivo de su derrotero. Es imposible no comparar la película con nuestro "Martín Fierro'', de José Hernández. Sin embargo, la novela verseada de uno y la historia narrada Eduardo Gutiérrez difieren en mucho.

Moreira fue un hombre que de ser trabajador y de familia pasa, por los abusos de poder e injusticias de terratenientes, en un momento convulsionado de la Argentina. A no tener ningún tipo de problema en hacer justicia por sus propias manos.

Son los caudillos políticos los que van obnubilando el corazón honesto y bueno de un hombre golpeado por la realidad, para servirse de una persona que es admirada y que posee seguidores.
"Moreira'' muere en su ley, no vuelve y entrega todo sus pensares para doblegarse como lo hace "Martín Fierro'', él es un renegando y su último momento vital lo vive como tal. 

Todo esto lo hace ver la mágica mano del joven, Leonardo Favio, en su película, clásico de cine nacional y que no podemos dejar de ver y rever.

Les propongo que en vez de ir rapidito y un poco furioso a ver producciones con montajes millonarios miren de vez en cuando lo nuestro, vale la pena.