La agencia de la ONU para los refugiados palestinos busca nuevos donantes para financiar sus operaciones (escuelas, salud y ayuda de emergencia para millones de personas), tras el sorprendente anuncio de Washington, su mayor donante durante décadas, de poner fin a sus aportaciones.

 

Uno de los campamentos de refugiados palestinos en Siria que asiste la ONU.

 

La decisión de la Administración Trump -que el año pasado aportó 360 millones de dólares a la agencia- sigue a críticas estadounidenses a su gestión, llamamientos a que se reforme y al cuestionamiento de la cifra de refugiados palestinos, 5.4 millones en Cisjordania, Jerusalén Este, Gaza, Siria, Líbano y Jordania.

Una de las principales quejas es que el organismo cuenta como refugiados no solo a los palestinos que tuvieron que irse de sus tierras en 1948 tras el establecimiento de Israel y en oleadas posteriores, sino también a todos sus descendientes, a quienes la Casa Blanca estaría tratando de excluir.

Trump impulsa un plan de paz entre israelíes y palestinos bajo premisas distintas a las intentadas en los últimos 20 años y, según los analistas, pretende sacar de la mesa de negociación dos de los asuntos fundamentales: Jerusalén (de la que reconoció capitalidad israelí) y los refugiados.

El secretario general de la ONU, António Guterres, ha llamado a los países a "ayudar a llenar el hueco financiero” que deja EEUU, para que "la UNRWA pueda continuar proveyendo de asistencia vital, además de una sensación de esperanza, a la población vulnerable” a la que atiende, informó su portavoz Stephane Dujarric.

Chris Gunness, portavoz de UNRWA, expresó su "profundo lamento y decepción” por la decisión de su principal donante, rechazó "en los más fuertes términos” sus críticas y aseguró que los programas del organismo "han demostrado crear uno de los procesos de desarrollo en Oriente Medio más exitosos”.

Gunness resaltó que la organización hace "un trabajo humanitario que salva vidas”, incluido garantizar el acceso de los menores a la educación, atención sanitaria y asistencia alimentaria para los más vulnerables” de los más de 5.4 millones de refugiados palestinos.

La agencia se enfrentaba ya antes del anuncio de la Casa Blanca a una de las mayores crisis financiera de su historia, y logró "in extremis” abrir las aulas de sus escuelas esta semana, aunque advirtió que solo tiene dinero para mantenerlas hasta finales de mes.

 

Por Ana Cárdenes