Fue un día como hoy, 30 de junio, pero de 1934. Hace 86 años, se desplazaba sobre el cielo de Buenos Aires, una nave extraña sacada como de un cuento de ciencia ficción. Se trataba de "Graf Zeppelin". Era uno de los tantos dirigibles construido en Alemania. Antes, en 1928 el "LZ 127 Graf Zeppelin", en un vuelo transoceánico logró unir las ciudades alemanas de Friedrichshafen con Nueva York. Ese fue el punto inicial para una serie de viajes a las ciudades mas importantes del mundo. En 1930 llegó a Brasil, el capitán Hugo Eckener lamentó no poder llegar a Buenos Aires. El propio Eckener se comunicó con autoridades militares locales a fin de concretar el viaje. El ejército Argentino preparó el lugar para su aterrizaje en el predio de campo de Mayo, donde 200 soldados construyeron las torres de amarre con especificaciones que llegaron de Alemania. El Graf Zeppelin tenía 236 metros de largo y estaba impulsado por 5 motores Marybach-VI-2. S surcó el cielo de Buenos Aires hasta posarse a escasa altura sobre el Congreso de la Nación, luego pasó sobre la Plaza de Mayo, Recoleta, Palermo y Belgrano, dio un amplio giro y se dirigió al barrio de La Boca. Después se fue al Oeste rumbo a Campo de Mayo donde se posó a las 8:45 horas. El capitán invitó a las autoridades militares a ingresar en la nave y admirar su tecnología. Sólo una hora partió rumbo a Montevideo. El capitán Eckener se comprometió en regresar en 1938, pero la tragedia del Hindemburg en 1937 acabó con la era de los dirigibles rígidos y la visita nunca se realizó.