
Hace 50 años, algunos vecinos de Pocito comenzaron a reunirse. La razón era muy puntual. Necesitaban que cada casa tuviera agua potable, porque hasta ese momento, no llegaban las cañerías a esas viviendas ubicadas en el corazón de la antigua villa cabecera del departamento. Así fue que nació la Unión Vecinal de Villa Elisa, fundada el 25 de junio de 1968. De ahí en más, pasó por altibajos que suelen suceder a lo largo de la historia en las instituciones. Pasaron muchos años, hasta que un grupo de vecinos tomó la decisión de trabajar juntos y desinteresadamente por el resto de los pobladores. Todo con el fin de que la entidad tuviera vida y sea un lugar de encuentro. Además, donde se propongan ideas y proyectos, todo con la intención de que el vecindario crezca y sus pobladores dispongan de más servicios, pero a la vez de esparcimiento y de aprendizaje. El ejemplo prendió. Los vecinos tomaron confianza y cada vez se están viendo más obras y actividad. Uno de los secretos para el éxito de esta vecinal es el trabajo en equipo y que toda la comisión directiva que encabeza el presidente, Juan Carlos Alaniz, trabaja "ad honorem”, es decir que no perciben salario ni ganancias. Todo esto ocurre, desde el año 2012, en que se regularizó la institución, según apuntan vecinos de la zona. Quizás este éxito institucional tendría que cundir en todo el país. Es decir, legisladores, dirigentes y funcionarios públicos, deberían imitar estos ejemplos para sacar a las instituciones de las continuas crisis que azotan a la comunidad.
Es por eso que este grupo de vecinos, en busca del bien común, organizó la institución y los resultados están a la vista. De contar sólo con un edificio vacío, pasó a tener vida comunitaria todos los días de la semana. Es así que son mil socios y se van sumando muchos más.
Como toda vecinal de departamentos que están fuera de la órbita de Obras Sanitarias Sociedad del Estado (OSSE), administran la distribución del agua potable. Y si bien las cifras de los aumentos de energía eléctrica en los últimos dos años aumentó 10 veces, la cuota no aumentó, gracias al esfuerzo de los vecinos. Es decir que de 3.500 pasó a costar 39.000 pesos el pago de la energía eléctrica para mover los motores que extraen agua de pozo. Pero, la administración del agua es sólo un aspecto de la vida institucional de la vecinal. La integración cultural y deportiva son focos de atención entre los pocitanos. Es que allí se practican diversos deportes para las personas de todas las edades, desde niños de 5 años hasta adultos mayores. Fútbol, artes marciales, yoga, zumba, gimnasia, masoterapia. Pero también están las artes industriales y cada vez se agregan más actividades para los vecinos. La tarea sigue en marcha para rendirle honor a dos palabras clave: unión vecinal.
Por José Correa DIARIO DE CUYO
