Domingo Faustino Sarmiento nació en San Juan, hace 209 años. Más precisamente, el 15 de febrero de 1811, nueve meses después de la Revolución de Mayo. Fue maestro, estadista, político, periodista, gobernador, senador, presidente y un prestigioso escritor. La hoja de papel, animada por la palabra, se templó en hoja de acero para combatir contra los tiranos y luchar por su ideal de Patria. Sus vigorosos escritos reflejaron su férrea personalidad. Con la fuerza de la palabra, su pluma fue herramienta de urgencia creadora. Sus palabras y sus libros tuvieron la energía de un volcán para defender su ideal de civilización. Su expresión respondió a su pensamiento, sin adornar las frases. Destacaba la vitalidad expresiva del lenguaje, sin demorarse en recursos estilísticos. Sus obras completas comprenden 51 volúmenes, publicadas por su nieto Augusto Belín Sarmiento. Se componen de libros, biografías, discursos, narraciones. "Recuerdos de Provincia" (1850) es la historia de Sarmiento desde su infancia, con conmovedores capítulos referidos al hogar paterno, al terruño y a su madre.


En la obra "Viajes por Europa, África y América", (1849), mediante cartas describe con maestría literaria los lugares que visitó. En el libro "Vida de Dominguito" (1886) se refiere a su hijo adoptivo Domingo Fidel Sarmiento, herido de muerte a los 21 años en la batalla de Curupayty.


La obra más importante, "Facundo" (1845) es un libro de psicología individual y social. Hay un programa ideológico basado en la dicotomía civilización y barbarie. Se encuentra la biografía de Facundo Quiroga y lo complementa un estudio del proceso histórico argentino. En sus libros está su historia y la historia de sus contemporáneos. Todo lo que salió de su pluma fue motivado por la lucha y por la acción.


Para finalizar quiero rendir homenaje al prócer, que falleció el 11 de septiembre de 1888, con mi poesía:

"Sarmiento"

"Como germen de luz, con mensaje dilecto/ proyectó firmemente su lucha contra la barbarie.// autodidacta, estadista, presidente/ vislumbraba la Patria del futuro/ en días decisivos de la Historia.// Curtido por los zondas inclementes,/ tuvo mágica visión de su ideario/ de poder educar al soberano.// Firme como las rocas de los Andes,/ urdido en la templanza del Carrascal andino,/ pregonó la grandeza con la encendida lumbre/ de su genio fecundo y el encendido verbo.// Hoy es ejemplo para el mundo,// ¡con fuerza de volcán incandescente!".



Por Fanny Escolar de Siere
Profesora en Letras