Señor director:

Desde que existe el almanaque, los doce meses del año se repiten. En ellos, el mes de enero, como siempre, tiene 31 días. Pero, para el común de la gente, este mes es el más largo del año.

Es el mes del verano y de las vacaciones. Pero es el "culpable'' de nuestra falta de previsión y organización, cuando de dinero hablamos.

Enero, tiene el privilegio de ser el que nos da las esperanzas de un nuevo año. El que nos habilita para estrechar las manos y darnos fuertes abrazos. También, el que nos permite nuestros descanso e injustamente lo hacemos culpable de que no termina nunca.

El dicho popular ha hecho de que este mes sea el responsable de que el dinero no nos alcanza, y "no se llega a fin de mes''. Pero, somos nosotros los que no pensamos que después de "vivir la vida loca'' de diciembre con las fiestas de fin de año, incluidas en ellas navidad, año nuevo, reyes, vacaciones, regalos, y algo más, nos dejan los bolsillos flacos. Nos damos cuenta que no hemos tomado los recaudos necesarios.

En los tiempos que vivimos, todo se compra para pasar las fiestas. Muchas personas no saben improvisar la crisis de falta de recursos. En épocas pasadas, las amas de casa apelaban a la imaginación y creatividad.

Sabían ingeniárselas para que enero no fuera eterno: echaban mano a todo lo casero. Se amasaba el pan, se sabía aprovechar las verduras y hortalizas de la época, un tomaticán, un salpicado de acelgas, un puré con pequeñas albóndigas, postre a base de leche y fécula de maíz con caramelo etc.

No seamos injustos con el mes de enero. Pongamos a funcionar nuestra creatividad, que es lo que nos sacará adelante.