Señor director: 


¿Por qué Baradel quiere la paritaria nacional docente? Para salvar a provincias kirchneristas como Santa Cruz, que no ofreció ningún aumento a los docentes, o Entre Ríos, que ofreció 6% de aumento, o Misiones el 8%. Por eso Baradel quiere la paritaria nacional, para que sea el Estado nacional el que pague el aumento de sueldos de los docentes de las provincias fundidas por el kirchnerismo y ahí salvarle las papas a gobernadores como Alicia Kirchner. 


La pregunta es: ¿por qué los periodistas no informan esto? Es simple, le sacaron más del 60% de la pauta publicitaria y porque, el preceptor Baradel, se está jugando la "dirigencia" de la CTA y los maestros son cómplices por acción u omisión. 


Este sujeto se ha envalentonado durante estos días que él dispuso no iniciar las clases. Es el responsable que 3.200.000 estudiantes bonaerense no tengan clase. Se mueve como pez en el agua ante la cautelosa actitud del Gobierno nacional, que es cauto y no miedoso. 


Su voluminosa figura se proyectó en todos los canales televisivos. No pierde oportunidad de estar ante las cámaras haciendo esfuerzos por contener su irracional mala educación. 


Quiere estar a la altura de ministros y funcionarios del gobierno, siempre pendiente de las cámaras televisivas. Tanto es así que esta deplorable conducta le ha valido el sobrenombre de "vedetongo de la ignorancia". Por más títulos que ventile, le es difícil encasillarse en una sociedad de ciudadanos comunes, donde impera la cultura del trabajo, el respeto al otro y la decencia y no el afán de llegar a la cúspide del poder en base a atropellos y mentiras. Es el camino equivocado. La bajeza de Baradel registra un hecho vergonzoso a tal punto que, tras las amenazas con un grupo de docentes, en su momento, atacó con un ladrillazo a una comitiva del gobierno provincial -del ex gobernador bonaerense, Daniel Scioli-. ¿A pedido de quién? 


Baradel ha intentado ocultar todo este trasfondo político orquestado por el titular del Frente Renovador, el escurridizo Sergio Massa, que, para disimular la impronta de su "mano negra", se fue de viaje a Israel.