
Luego de un año en el cual el rugby estuvo asociado, quizá injustamente, con un desgraciado hecho de violencia que terminó en la muerte de un joven, un hecho repudiable y muy alejado del espíritu de este deporte, cuyo compromiso es la formación no sólo de jugadores, sino de personas de bien, algo que se inicia en la familia, una tarea en la cual los padres son actores imprescindibles, y continúa en cada uno de los clubes. Justamente en un club de rugby, el Sporting Club Alfiles, se conjugaron éstas dos piezas fundamentales (familia y club) que en definitiva son una sola que funciona mancomunadamente y surgió la iniciativa de fabricar barbijos para ser donados a las fuerzas de seguridad.
Sergio Martínez, manager de la M16 de Alfiles fue quien junto a una de las madres, Alejandra Nievas, tomaron la iniciativa para fabricar, de manera casera, un elemento fundamental en tiempos de pandemia y que mejor que donarlo a una de las fuerzas que no conoce de cuarentenas ni asuetos, por el contrario, día y noche patrullan nuestras calles.
Una vez que la idea comenzó a rodar y tuvo total aceptación por parte de todos los padres, apareció la mano de obra siempre dispuesta y solidaria de Mirta Sánchez, abuela de uno de los jugadores y a quien todos llaman cariñosamente "la Nonita”. Ella se brindó abiertamente con sus manos cálidas y nobles para materializar esta idea, no sí antes contar con la inestimable colaboración del entrenador de la división, Martín Pagés, quien donó todo el material para cristalizar la iniciativa. Todo lo fabricado, más de 150 barbijos, fueron donados a distintas dependencias policiales de la provincia, poniendo de manifiesto la solidaridad y compromiso de todos quienes integran esa gran familia del deporte de la guinda. El objetivo de estás sencillas líneas no es ni más ni menos que poner de manifiesto los tres pilares fundamentales que entiendo, se conjugan en el rugby (diversión, amistad y educación), una disciplina cuyo objetivo básico no es el juego en sí, sino formar personas de bien. Es en definitiva, una escuela de vida y por medio de hechos como éste, nos brinda a cada rato nuevas enseñanzas. Gracias por una nueva lección, será hasta la próxima.
Darío Vildozo
Periodista – Infografista
