Señor director:
Termina el ciclo vegetativo del estío. Sólo queda esperar los fríos de la estación invernal. En el campo se comienza a preparar la tierra, principalmente para los cultivos de hoja y bulbo. Por ello serán las lechugas, las habas, las zanahorias, la cebolla las reinas de la producción hortícola de invierno.
El producto agrícola producido en el verano puede ser conservado hasta entrado el invierno. Esto es así cuando se utilizan técnicas específicas que deben ser aplicadas en forma correctas. De lo contrario es factible que la producción elaborada pueda perderse. Inclusive, se corre el riesgo de provocar serios trastornos físicos en lo seres humanos y hasta la muerte misma. Recordar que hace un par de años ocurrió un hecho fatal en la provincia por el consumo de conservas en mal estado.
En las escuelas agrotécnicas existen módulos donde esta labor de aprovechamiento seguro de los productos es puesta en práctica en forma permanente con los excedentes de cosecha. Se les incorpora valor agregado y se obtienen mermeladas, dulces y salsas de una calidad óptima para su consumo.
Un ejemplo de ello es lo que ocurre en Media Agua, en la Escuela Agrotécnica "Sarmiento”. Ahí los técnicos encargados del área industrialización comienzan con el proceso de selección de los frutos, el lavado, trozado y molido del mismo. Luego de ello es destinado a dulces o mermeladas comenzando inmediatamente el proceso de cocción hasta que el mismo llega a los grados Brix necesarios.
Si la materia prima se destina para conserva en forma natural, sin el agregado de azúcar, se embazará y se procederá a esterilizar mediante el método "Appert”, por ejemplo, en la salsa de tomate. Además de esta laboriosa actividad, los docentes técnicos, son capaces de transformar cada acción en un "Hecho Educativo”, utilizando procedimientos didácticos para que cada alumno pueda apropiarse de esos conocimiento en un ámbito que he llamado "El Aula de Campo”.
Es aquí y en este espacio cuando se produce el enaltecedor momento de unir práctica y teoría, la praxis misma. Y son esos docentes, los artífices del triunfo de ver a los jóvenes que han seguido todo el proceso, comenzando por el sembrado de la semilla, hasta tener en sus manos el producto elaborado. Cuanto paliativo significa esto de ayudar a olvidar a los jóvenes, la atención ensimismada sobre celular, para mirar un poco más allá.
