Momento de prédicas en el Penal de Chimbas

Momentos de intensa emoción vivieron ayer alrededor de 450 internos del Penal de Chimbas junto al padre Eduardo Gutiérrez Bonduel, asesor de la Pastoral Carcelaria Católica, y los presbíteros Miguel Tobares, Martín Reta y Andrés Riveros. Se celebró la fiesta del Espíritu Santo, en el interior de esa unidad penal. El amor de Dios que toca el corazón de quienes se muestran dóciles al llamado del Espíritu Santo fue el centro de las diferentes prédicas de los sacerdotes, que en muchos casos, fueron recibidas con lágrimas por hombres y mujeres alojados allí. Lo mismo sucedió al escuchar el testimonio de mayores y jóvenes, así como de una jovencita, quienes contaron sus duras experiencias de vida, y como la ayuda de sacerdotes y hermanos de la Pastoral Carcelaria Católica, los fueron acercando a vivir el perdón de Dios, encontrando la paz en sus corazones reconociendo los errores cometidos y buscando integrarse a la sociedad como mejores personas. De la celebración de Pentecostés participaron seminaristas, además de mujeres y hombres que trabajan en la Pastoral Católica. Las lágrimas se renovaron al momento de recibir cada uno la imposición de manos y bendición por parte de los sacerdotes y del seminarista Mauro Desimone. El cierre estuvo a cargo del padre Eduardo, quien agradeció a las autoridades del Instituto Penal de Chimbas por permitir, una vez más, estas celebraciones, que no son sencillas, en un lugar de estas características. Pero que se desarrolló en un clima de total normalidad bajo el control hombres y mujeres del personal penitenciario. La jornada, dentro de los altos muros del Penal de Chimbas, pero bajo un intenso cielo azul, finalizó con la entrega de rosarios y estampas, además de caramelos y golosinas que entregaron a la concurrencia, integrantes de la Pastoral Carcelaria Católica.

Por Jorge Sotomayor
Oficina de Comunicación
Arzobispado de San Juan de Cuyo