Señor director:
La luz que desde la eternidad vino al tiempo humano, nos ayuda a entender el misterio. Dios asumió la existencia temporal y nos habló en lenguaje humano. El Adviento es una oportunidad para entender la Navidad como acontecimiento. Es un tiempo de preparación para vivir el nacimiento de Jesús en la temporalidad humana. En esta preparación contemplamos el misterio, Dios se hace hombre. Asume la naturaleza humana desde su divinidad. En él vemos la gloria que está en el Padre. "Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre cómo Hijo único, lleno de gracia y de verdad". Jn 1, 14. El sentido de la gloria se asocia a la condición divina, se manifiesta en Jesús, su naturaleza humana muestra su naturaleza gloriosa. La humanidad que Jesús asume, siendo de condición divina, revela la gloria del Padre. La gloria viene del Padre que la otorgó a su hijo en la eternidad. Ver la gloria de Dios en el Hijo nos transforma, vemos la gloria que es de la eternidad. El mensaje del pesebre, que entendemos y vivimos en nuestra fe, se puede transmitir, para que otros se acerquen y vean los signos de la gloria. Sepamos interpretar esos signos, el tiempo de Adviento es favorable para eso, también la reunión familiar, de amigos, el diálogo con el que se acerca; Navidad tiene atractivo. Los signos ayudan a vivir la espera. El mensaje del pesebre, que entendemos y vivimos en nuestra fe, se puede transmitir, para que otros se acerquen y vean los signos de la gloria. El ambiente favorable, la conversión sincera, puede ayudar a eso.
