En la ciudad de Nueva York se expone actualmente una muestra de fotografías del artista noruego Edvard Munch (1863-1944). Se presentan cincuenta fotografías tomadas entre 1902 y 1930. El artista utilizó la cámara como un medio expresivo más de su producción artística.
Recordemos que Edvard Munch es conocido por su obra “El grito” en que se observa una figura andrógina en primer plano, que simboliza al hombre en momento de angustia y desesperación. Munch realizó cuatro versiones de ese cuadro que muestra la angustia del ser humano, su desaliento. La figura tiene gesto de tribulación, de espanto, debajo de un cielo arremolinado en tonos naranjas. Es una obra de gran fuerza emocional, precursora del movimiento expresionista, que se ha convertido en ícono cultural.

Edvard Munch elevó las pasiones humanas a arquetipos del hombre moderno. Sus obras parecen variaciones constantes de la gran sinfonía de la existencia del ser humano. Decía que en sus fotos y pinturas intentaba diseccionar las tragedias humanas como en las pinturas “Melancolía” o “Muerte de un bohemio”, por la fuerza expresiva de los rostros.
Atraído por las posibilidades artísticas, al incorporarse el carrete a la cámara fotográfica, Munch intentó la distorsión de imágenes, las tomas desde diferentes ángulos. La fotografía fue para Munch el nuevo campo de experimentación estética al jugar con el movimiento y con efectos de una larga exposición, logró efectos fantasmagóricos. Con el potencial expresivo de la fotografía de comienzos del siglo XX, al realizar numerosos autorretratos, indagó en su propia identidad y en la frágil naturaleza humana.

La muestra se denomina “The Experimental Self: Edvard Munch Photography” y estará habilitada hasta el 7 de abril en Manhattan.
