Señor director:


Estamos soportando estoicamente los tarifazos que se implementaron en estos últimos años y aunque digamos que ya nos hemos acostumbrado, nos cuesta afrontar cada mes las abultadas boletas que nos llegan a nuestros domicilios. El tema de esta carta, precisamente, apunta a este tema. Las boletas que llegan, o mejor dicho, que no llegan a nuestros domicilios. Es lo que me ha pasado con Ecogas. La boleta nunca llegó y por un descuido que es absolutamente mío -lo reconozco-, se me procedió a cortar el suministro de gas. Con la bronca del caso hice todo el trámite para la reinstalación, pero ahí vino la odisea que me tocó atravesar. Una semana exacta duró la espera para contar nuevamente con el gas domiciliario, a pesar de que la gestión se hizo en tiempo y forma y avisé que necesitaba el servicio urgente por un caso de enfermedad. Hubo un día que falté a mi trabajo porque me dijeron que irían y que debía estar como titular de la cuenta para autorizar la reconexión y que si no estaba no podrían hacerlo. En medio de todo esto hubo reclamos y más enojos, pero la demora lo mismo fue considerable. Comento este hecho para dar cuenta de que además del elevado costo que tiene ahora la tarifa del gas, la empresa distribuidora se muestra muy poco contemplativa con los usuarios, rayando el maltrato y la indiferencia. En síntesis, ahora debo estar atento todos los meses a que no se me pase la fecha de pago y tener que recurrir a sistemas de pagos que me son impuestos; adherirme a débitos obligatorios o suscribirme a una página web para lo que tengo que tener computadora personal o celular con internet, todo esto porque Ecogas ya no me envía la boleta a mi domicilio.



Lorenzo C. Albarracín   DNI 14.973.569