Señor director:
Estamos conmemorando una de las fechas más significativas de la historia: la "Revolución de Mayo” de 1810, que nos diera el Primer Gobierno de la Patria que nacía.
¡Cómo desearíamos festejar este aniversario con el fervor, la alegría y euforia de años atrás. Pero estas vivencias de patriotismo parecen haberse quedado en el recuerdo.
Hoy transitamos uno de los períodos más conflictivos de los últimos tiempos: la controversia, la crítica, la falta de armonía y de consenso dominan el país. Este desequilibrio empaña el sentimiento de unión y orgullo por nuestra Argentina; adormece el amor y la veneración por el pasado, por el sacrificio y abnegación con que nuestros padres forjaron la Nación.
En los últimos años la humanidad ha conocido un tiempo de desarrollo increíble. La tecnología ha revolucionado todo el espectro cultural, científico, económico y social. Todo se muestra renovado, todo es mucho más sencillo, rápido y eficaz; pero entre nosotros este despertar se ve opacado por la carencia de valores, la falta de ideales, respeto y orden por la ambición desmedida e injusta cuya sombra hace parecer que antes la vida era mejor, más tranquila y mejorada, que había más amor y unión en las familias, más armonía, menos problemas, menos comodidades pero también menos miseria moral.
Retomemos la cordura, el empeño y la rectitud de nuestros mayores y cumplamos con el deber de superar el pasado, de dejar a nuestros nietos un país mejor que el que heredamos.
Es necesario que comencemos a concretar la Argentina que soñamos siempre, esa debe ser la prioridad. Sólo nosotros podemos alcanzarla, de nosotros depende asumir el desafío y lograrlo. Comencemos ya, celebremos con unión el cumpleaños de la Patria, juntos y orgullosos de ser argentinos. Tenemos una Patria fundada en el trabajo y la honestidad. Un país lleno de posibilidades, un pueblo que sepa ser ejemplo de nobleza y solidaridad.
Es la Patria que amamos, aquí nacimos y vivimos. Anhelemos para ella un futuro de unidad y grandeza, de igualdad y paz. Llevemos a lo más alto su destino de nobleza y cultura, dejemos a nuestros hijos y nietos una Patria poderosa y fraterna.