Señor director:

Con la siguiente poesía, que comparto con los lectores de este diario, deseo despedir el año y recibir el nuevo con la esperanza de que sea mejor para beneficio de todos:

Detenerse.
Treinta y uno de diciembre.
Empezar un poema con un número.
¿Podré escribir sobre una fecha ?
Será transitar en busca del verso perdido.
Vendrán al corazón las ideas
y a la garganta aquellas voces ya olvidadas.
Diciembre.
Pasarás por mis balcones
Y despertarás mis ganas de contar estrellas.
Y aquí estoy, evocando imágenes
en víspera de Fiestas.
Hoy, amanecer de un día distinto.
Pienso…
Fueron tantas y tantas lunas con rumor de alas!
Muchos cielos
multiplicados en dolores y sonrisas,
esperanzas y sollozos,
triunfos y caricias,
vida que da vida,
música y silencios.
Vendrá un treinta y uno repetido,
con recuerdos de mi madre,
de aquellas largas tardes de la infancia,
de las puertas abriéndose y cerrándose
y una mesa larga que no está.
Entonces, pido a Dios una vez más,
caminos de hierbas , noches sin fantasmas,
nutrirme de vientos y sabiduría bendita.
Pido vida, mucha vida,
construyendo sueños,
diseñando mañanas,
conquistando estrellas,
rompiendo lejanías,
tener fantasía y vuelo ,
que pongan al cielo escalas
y ver que no nos faltan alas
que nos remonten a un tiempo
con sabor a eternidad!. 

 

Mercedes Palacio M. 
Doctora en Filosofía