Las golondrinas capistranas son aves migratorias que recorren puntualmente 12.000 kilómetros desde desde Goya, provincia de Corrientes hasta California, Estados Unidos. Esta migración se descubrió hace más de 100 años, según distintos especialistas. El 18 de febrero, como cada año, emprendieron al Norte de América en su vuelo de regreso en busca de climas cálidos.


Todo comienza cuando cada año vuelan desde su lugar de origen, San Juan de Capistrano (al Sur de California, entre Los Angeles y San Diego, Estados Unidos), hasta el Noreste de la Argentina. Estas golondrinas hacen su viaje migratorio hacia el hemisferio Sur todos los 23 de octubre (día de San Juan). Tienen en su haber 30 días de vuelo, llegan puntualmente a Goya el 24 de noviembre, y hacen su descenso en la plaza San Martín, donde anidan hasta su retorno a California. 

Al regresar vuelan a lo largo de la orilla de Baja California y entran en el valle de San Juan de Capistrano. Durante el viaje, las golondrinas más jóvenes siguen a las más experimentadas ya que éstas conocen trucos para escapar de los depredadores que puedan encontrar en el trayecto. En ese período de vuelo (30 días) no comen ni beben ya que vuelan desde el amanecer hasta la puesta del sol. De esta manera no pierden tiempo. Vuelan a más de 2 km de la superficie terrestre para aprovechar las corrientes rápidas y favorables. También evitan encontrarse con otros pájaros. Su rutina diaria dura 15 horas, volando 450 kilómetros.


Lo que motiva a estas aves a desplazarse año tras año es netamente biológico: vivir, reproducirse en climas benignos y, de paso, controlar y regular plagas e insectos. Se alimentan de arañas, moscas, insectos y gusanos. La razón de su voracidad increíble al alimentarse es porque necesitan almacenar grasa en sus finos tejidos que le servirá de combustible para el viaje de regreso.


Conocidas como las golondrinas de San Juan de Capistrano, sus migraciones despiertan admiración por lo maravilloso que tiene el mundo de la naturaleza.