Señor director: 

En cualquier lugar del país, quien se detiene frente a una librería, experimenta dos asombros. 1º- Cuán poco se promueven o promocionan libros de autores que hacen a la verdadera literatura. Esa literatura que no crea grietas. En las cuales sus páginas, nos reconfortan, nos hacen viajar en un clima de armonía, de entendimiento, de un mundo sano; donde el lector sea protagonista y actor principal. 

2º- Vemos como se promocionan, casi hasta el hartazgo, libros que hacen o crean divisiones, resentimientos, muchas veces odios y otros rechazos en los exigidos lectores. 

Son aquellos libros que se promocionan por medios audiovisuales. Los escriben periodistas, oportunistas o cualquiera que opine de política y quiere crear grietas con su partidismo y preferencias políticas, más allá de lucrar. 

Estos materiales de lectura que tanto se promocionan, publicitan y tanto insisten para que el público los lea, no aportan en nada constructivo para los argentinos.  

Distintos personajes en sus libros menoscaban gestiones, simplemente porque no le gustó o gusta el presidente de turno. Por eso digo que los buenos libros hacen a la salud mental del lector. Muchos reflejan nuestro pasado que nos enseñan conductas en el presente. 

Lejos está en mí el censurar. Es sólo una opinión coincidente con las de muchas personas, porque pienso que hay temas más educativos para escribir.