Señor director:


Por fin mi sueño se cumplirá. Somos clientes del hotel Pismanta y con mucha pena comprobamos el potencial muerto sin explotar de ese bellísimo lugar; es más, tuve la oportunidad de estar en mesa de entrada, justo que se retiraba un matrimonio norteamericano y le expresaba a la empleada la pena que sentía por lo poco que ofrecía tan hermoso lugar y su falta de explotación; es más le advertía... "ustedes no tienen idea el tesoro que tienen''... Si comparamos con Cacheuta en Mendoza, Pismanta es mucho mejor... la vista, el espacio, acceso. Tenemos a un paso la villa con otra belleza, Cuesta del Viento con sus deportes náuticos, y muchas cosas más. Y comparando con lo poco que conozco de Europa, reafirmo que es un lugar para convertirlo en un paraíso donde se beneficiarían muchas familias de Iglesia. Esperemos que este gigante dormido despierte y lo pueda ver y disfrutar muy pronto para beneficio de la provincia.