Señor director: 

Revuelto anda el mundo. La civilización se caracteriza por la lucha por la vida; ahora, se llama progresista a quien defiende la cultura de la muerte: leyes de aborto provocado, eutanasia… El aborto alcanzó legalidad en la Rusia comunista (1920); ahora, allí, están de vuelta. La eutanasia promovida por la autoridad civil, cobró carta de ciudadanía en la Alemania nazi; ahora, se ha introducido en algunos países con capa de progreso; por fortuna, en otros remite: California, por ejemplo, en donde se ha suprimido la ley. Pero hay más: la ideología de género LGTBI (lesbianas, gays, transexuales bisexuales, intersexuales) pretende acampar por todo el mundo, y empieza por las escuelas, enmascarada de "no discriminación", "igualdad" y "tolerancia". El lobby está amparado por ricachones patrocinadores de todo aquello que tenga, como efecto, la disminución de la población (les importa un bledo, el invierno demográfico de Europa). 

No es lo mismo lobby gay (no representan a todos los homosexuales), que lobby feminista, y, hasta parecen, muchas veces, confrontados. La lucha feminista que opone la mujer al hombre parte de Engels, gemelo ideológico de Carlos Marx. Engels era enemigo de la idea de familia y propugnaba una lucha de sexos, asimilándola a la lucha de clases.

Josefa Romo    DNI 6.915.994