Señor director:

Con gran preocupación se pudo observar por distintos medios en los últimos días las lenguas de fuego que quemaron todo a su paso en frentes de decenas de kilómetros. Todo esto sucedió en los últimos días en las provincias de Río Negro, La Pampa y Sur de Buenos Aires.

Y, con el peligro de que se pueda repetir por causas climáticas. Los daños que provocó la expansión de las llamas, quemando miles de hectáreas y muriendo alrededor de 80.000 animales. Todo esto nos debe llamar a la reflexión y tomar medidas preventivas en San Juan.

Si bien es cierto que no hay cientos de kilómetros de grandes pampas con vegetación, tenemos la experiencia de incendios rurales acontecidos en la provincia como los sucedidos en Valle Fértil hace unos 10 años, durante una feroz sequía que además mató a cientos de animales. Y ni que hablar de los incendios de pasturas con el viento zonda.

Como sociedad, no debemos esperar a que alguna situación que nos presente la naturaleza nos haga reaccionar tarde. Las comunidades avanzadas y organizadas, suelen planificar y entrenarse por si se presentan este tipo de eventos.

Es por eso que San Juan debe organizarse con Bomberos de la Policía, Bomberos Voluntarios, Defensa Civil y personas que quieran sumarse para estar entrenadas ante un hecho semejante. San Juan no está libre de sufrir alguna catástrofe natural. Es necesario tomar conciencia.